Este artículo es una versión adaptada para niños y jóvenes adolescentes basada en nuestro artículo más completo sobre la estructura de Payasos Sin Fronteras Francia.
¿Alguna vez has imaginado a un payaso interviniendo en un campo de refugiados o en una zona de guerra? ¿No para hacer reír a la gente en un circo o en la televisión, sino para devolverle la sonrisa a los niños que están pasando por momentos muy difíciles? Esto es exactamente lo que hacen los artistas de Payasos Sin Fronteras Francia .
En algunas partes del mundo, los niños viven situaciones muy difíciles: guerras, exilios, pobreza extrema, desastres naturales… En estos tiempos, todo es oscuro, triste y angustioso. Y sin embargo... llegan los payasos , con sus narices rojas, su humor, su magia y sus acrobacias. No vienen a simular que todo está bien, sino a ofrecer una burbuja de alegría , incluso en medio del caos.
¿Su objetivo? Hacer reír a la gente donde todo parece perdido. Y a veces la risa puede curar más que la medicina.
La historia de Payasos Sin Fronteras comienza en 1993 . En España, los niños se enteran de que sus amigos por correspondencia en Croacia viven en un campo de refugiados debido a la guerra. Deciden recaudar dinero para enviar un payaso que los haga reír. Así fue a tocar allí un artista catalán, Tortell Poltrona . El éxito es una locura. Los niños ríen, olvidan la guerra por un momento y algunos lloran... de alegría.
Fue ese momento mágico que inició todo. Desde entonces, payasos de todo el mundo se han unido a esta increíble aventura.
Desde hace más de 30 años, Payasos Sin Fronteras Francia organiza misiones en decenas de países: en África, Asia, Oriente Medio, Sudamérica... Van a campos de refugiados, barrios muy pobres, cárceles de menores, orfanatos, barrios de chabolas... Su espectáculo es un poco como una fiesta inesperada que aparece en medio de la lucha.
No traen ni comida ni medicinas. Pero aportan algo esencial: esperanza, coraje, sueños . Para los niños, es una manera de redescubrir el derecho a reír, a jugar, a sorprenderse. Y eso es precioso.
Si haces teatro, circo, canto, magia, danza… tienes un superpoder en tus manos. Un día tú también podrás sumarte a este tipo de acciones. E incluso si aún no eres artista, puedes apoyar este tipo de iniciativas hablando de ello a tu alrededor, compartiéndolo o participando más adelante.
Ser un payaso humanitario no se trata sólo de hacer bromas. Se trata de escuchar, adaptarse a diferentes culturas, respetar a las personas que conoces y, sobre todo, hacer el bien a través del arte.
Los payasos no sólo operan en el otro lado del mundo. También en Francia acuden a centros de acogida, a casas de acogida para familias sin hogar o a lugares donde viven niños refugiados. A veces, son jóvenes como tú los que participan en talleres para aprender a hacer reír a los demás, a expresarse, a ganar confianza.
De pequeño, nunca veía un espectáculo. Hoy, hacer reír a otros niños es una venganza para mí.
Quizás estés pensando: "Pero soy demasiado joven para cambiar las cosas". Pero recuerda que la historia de Payasos Sin Fronteras comenzó con los niños. Fueron ellos quienes tuvieron la idea de llevar un payaso a un campo de refugiados. Y esta idea ha cambiado miles de vidas.
Así que, si te gusta hacer reír a la gente, si quieres ayudar, si sueñas con un mundo más feliz, debes saber que es posible. Tu energía, creatividad y generosidad pueden obrar milagros.
¿Y quién sabe? Tal vez un día seas uno de esos payasos sin fronteras que hacen bailar al mundo en medio de las tormentas.
¿Quieres saber más? Visita el sitio web de Payasos Sin Fronteras Francia.
¿Quieres hablar de ello en tu escuela o universidad? Ofrecer hacer una presentación o realizar una acción solidaria.
¿Sueñas con estar en el circo o actuar? Sigue practicando. Tu talento algún día podría usarse para consolar al mundo.
Porque la risa no tiene límites… ¡y tú tampoco!
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Nariz de payaso. Funciona en todo tipo de narices (niños, adolescentes, adultos).